Borregos cegados por el hombre, ganado guiado por leyes sublimes, incrustados como espina de clavel. Modus vivendi superficial y ordinario.
Conformados por todo lo que subyace,
colmados de pereza por su gran deficiencia,
conciencias dormidas por su: \"gran inteligencia\".
Capitalistas explotadores, obreros por necesidad.
Mentes brillantes, mentes vacías.
Todos simulan lo mismo; seres inanes
tratando de sobrevivir a costa de su avaricia.
Ostentan miserable riqueza, conservan dichosa pobreza. Blancos y negros. No saben, si realmente existen. Son no más; todas las tierras invadidas, todas las historias olvidadas, todas las revoluciones perdidas. Son hijos del orbe y padres del nada.
Algunos comen basura, otros caviar, y los demás supongo que libros. Transitando en un circulo vicioso plegado de la libido, la ansiedad, el frenesí, y más maravillas que deben hallarse en este paraíso.
Amantes enfermos de lo que hiere.
Abarrotados de miedos.
Asesinos medio ambientales.
Mentirosos por herencia y naturaleza.
Infieles cínicos.
Confiados de la vida, que es un efímero e insignificante regalo, que se pierde en un parpadeo.
Temerosos de la muerte, la cual es un placido descanso, la más rotunda certeza.
Esclavos de los placeres mundanos.
Venturosos de su yugo democrático y monárquico.
Algunos tienen congoja. Otros, ilusiones y sueños.
¿Quiénes son más merecedores de pena?
Prisioneros de la vanidad, de la codicia.
Prisioneros del sexo, del amor.
Prisioneros de la tristeza, de la conformidad, de la ignorancia.
Prisioneros de la adicción, del tiempo.
Prisioneros de la política, del fanatismo, de las religiones.
Prisioneros de la injusticia, del infortunio.
Prisioneros de la vida.
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