Doña lnés:
Por fin te tengo ante mí,
harta de esperar ya estaba,
vengo a decirte Don Juan
que aquí tu vida se acaba
y que tendrás que pagar
por la buena o por la mala.
Don Juan:
¡Por Dios! ¡Doña lnés!
No empieces.
Ya estás dando la tabarra,
acuérdate del sofá,
lo bien que te lo pasabas
y que siempre querías más.
iComo nunca te cansabas.
Yo me tuve que emigrar.!
Doña Inés:
Eres un flojo Don Juan.
Mucha labia y poca vara,
prometías sin cesar,
pero nunca te alcanzaba
y me dejabas tan mal
que no llegaba al final
por mucho que me esforzaba.
Don Juan:
¡Qué cierto es Doña Inés!
La gloria te prometí
y no te pude cumplir
dejándote en la estacada.
Doña Inés:
¡Clemente Diosl Yo te imploro,
castiga ya sin piedad
a este charlatán, Don Juan,
convirtiéndole en un loro
que nunca pare de hablar.
Fin.