Estoy buscando al rey
que no se esconde tras mil excusas
para no encarar al miedo.
Estoy buscando al rey consciente de la muerte,
que la siente muy cerca y entabla amistad
para disfrutar de cada instante de la vida,
al que no se guarda en sí mismo demasiado
en el siempre repetido viaje a ninguna parte.
Estoy buscando al rey que mira a los ojos
y trasciende las etiquetas, los comentarios,
al que es capaz de volver el mal en bien,
a ese que no se deja arrastrar
por los deseos de nadie salvo de sí mismo;
al que no se traiciona,
al que no se pierde,
al que ve la luz...