No te aferres a ilusiones,
a espejismos sin razón
a visiones de añoranza.
No te prendas en llamas
con minúsculas chispas
que se pueden extinguir.
No desnudes tu alma
ante errantes vientos
que se vuelven huracanes.
Pero no pierdas la esperanza
de nuevos amaneceres
para desatar el alma.