Calma la gama -que viaja- de tu alma
en el aroma que de las rosas toma;
la mirada de palabras, ya cifradas,
entregan el tibio azul que las anegan,
secuestrando a un corazón que grita
tantos silencios en rimas sin llantos
entre rosales y lirios que encuentre.
Envuélveme en la
noche tuya;
abrázame,
méceme
o
riega
amor
dentro de mi
alma rendida.
Respondo a la quimera de tus
sueños, bajo la luna que
llora el sentir de tu desvelo.