Se reinventa el caudal de tu risa en cada eclipse del silencio,
abriendo paso a las hadas y a los copos de tu cabello,
transformando el lienzo de tu piel en un traslucido tablero,
cuando tu estas el cielo se pone en escalas sonoras.
Tu caminar saben de las ocultas fuentes del cristalino brebaje,
entonces la inspiración despierta como aurora,
empujada cual ametralladora
aparece la sangre de tus venas para embellecer el Sol.
Las almas insomnes empiezan a libar el bálsamo del sueño,
no hay confusión de los días en el desván donde todos suben,
las blondas gasas de tus ojos ya están aquí
para apretarle la cintura a la vida.