Por mucho tiempo espere que nevara
que se tornaran de blanco las calles de mi infancia dónde viví tantas aventuras
nunca pasó pero hoy en mi vejez mi pelo se torno en blanco como la nieve que un día soñé
mis ojos casi se apagan y tras de la ventana veo caer la nieve en febrero dando esperanza en mi pecho
que tu promesa sigue intacta que volverás a abrazarme dando calor a mi alma como lo hacías antes cuando todo era primavera Señor