Las muertes del Universo flagrante
a cada minuto en cada lugar...
nadie quería hablar del zumbido del culo
nadie quería sonreírle a los bebés;
la pantomima de la vida era un cuarto vacío
pintado de blanco y con vómito en las esquinas...
afuera de los mundos
las notas de acordeón y los gritos esquizofrénicos
se mezclaban y se desvanecían
con el humo de las chimeneas de los bancos