No es en vano alentar las ilusiones
para no decaer ni entrar en pena;
mas nunca armar castillos en la arena
con las más excesivas ambiciones.
Si se tienen sobradas pretensiones
la codicia se tornará en condena,
la consecuencia no será tan buena
si se manejan mal las situaciones.
Hay que ajustarse a una estricta prudencia
cuando se aspira lograr un anhelo,
poniendo a tu favor la Providencia;
y si pretendes cobrar alto vuelo
has de dejar tu obstinada insistencia
pues en contrario no hallarás consuelo.
Jorge Horacio Richino
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