Es una hermosa labor
una labor sabía y grata
la que hace el tejedor
que crea, no desbarata.
Une desde lo pequeño,
con dedicación y maña,
poniendo esfuerzo y empeño
como lo hace la araña.
De manera silenciosa,
sin hacer tanto alboroto
va sanando cada cosa,
lo desgarrado, lo roto.
Con gran paciencia va uniendo
las hebras y los colores,
los sueños va entretejiendo
como un gran jardín de flores.
Algunos tejen con hilo
de misteriosa manera:
otros con pico de filo
renueven su cementera.
Así como el campesino
una colcha verde labra,
algotros con desatino,
tejemos con la palabra.
Hay quienes para tejer
usan viento o percusión
o cuerdas para obtener
la trama de una canción.
Otros trenzamos tejidos
en nuestro propio universo
con sonrisas o quejidos
que expresamos en un verso.
Hay tejenderos de vida
que con profesionalismo
suturan aquella herida
que afecta nuestro organismo.
Con una palabra grata
expresada con dulzura,
se auyenta la ira insensata
y se urde la cordura.
Así como una silleta
se entreteje de mil flores,
la vida ha de ser repleta
de un hilado de valores.
Será nuestra meta y sueño
lograr salir adelante
tejiendo de lo pequeño
un entramado gigante.
©πΆπ£π¨π΄El Peregrino..