Abelardo el Pollo
Abelardo está cansado,
porque no tiene qué hacer,
y porque nadie se entera,
de lo que piensa él.
Verdades que no tengo,
pensares que no entiendo,
malestares de la vida,
son los cadáveres de hoy.
De un sueño que rasga la vida,
que herida supura dolor,
de un alma que cae marchita,
perdida en su triste color.
Oscura, silente y fría,
esclava en su sinrazón,
escupe al viento proclamas,
de muerte, angustia y terror.