Por fin llegó una noche.
Una noche para los dos.
Tan deseada.
Tan esperada.
Y todo surgió.
Mi boca fue atrapada por la tuya.
Tus brazos aprisionaban mi cuerpo.
Mis manos felices se deslizaban por tu piel.
Nuestro calor se convertía en uno solo.
Aliento con aliento.
La pasión se desbordaba.
Se adueñaba de los dos.
Y exigía ser consumada.
Momento majestuoso.
Ayudar a tu cuerpo a desnudarse.
Sentir esa piel tan deliciosa.
Besarte todo sin recato.
Probar tu dulce miel.
Presenciar ese monumento erigido.
Firme, imponente. Exquisito.
E impaciente por volverse mío.
Y el baile comenzó.
Los dos bien unidos.
Piel con piel
Llevando el mismo ritmo.
Tú encantado.
Y yo extasiada.
En ese momento en el que nada más importaba. Nadie en el mundo existía.
Sólo el calor y nuestras miradas.
Después el baile terminaba.
Los dos fascinados.
Los dos agitados.
Y tú a mi lado reposabas.
Y algo sucedió.
Algo que yo no esperaba.
Comenzamos a besarnos. De la forma más bella jamás imaginada.
Tanta ternura de ti emanaba.
Lindos besos de tu boca endulzada.
Besos suaves. Besos lentos. Besos que surgían del alma.
Construyendo un dulce momento.
Después.
Tus labios acariciaban todo mi rostro. Hermosos sellos en cada centímetro dejabas.
Y yo... Yo enamorada.
Me mirabas.
Y tus dedos ahora mi rostro acariciaban. Mientras me decías \"si estuvieras aquí toda la noche. Así me la pasaría. Acariciandote. Y mirandote. Aprendiendome cada parte de tu rostro. No dormiría\"
Y yo ...
Yo enamorada
Más no tenía que serlo!
Pero respondí.
Respondí a eso. Y no me arrepiento.
Porque desde siempre quería hacerlo.
Te cubrí con una manta, como a un niño indefenso. Y tus mejillas comencé a besar. Todo tu rostro era ofrenda para mis labios. Y mis manos también lo recorrían.
\"Estás bien bonito\" te dije.
Y una sonrisa bella me respondía.
Increíble mi amor.
Que hayamos construido un dulce momento. Que desde entones, vivirá por siempre en mi pensamiento.