Siento una pesada carga
aquí dentro de mi pecho
que encerrado aquí en mi lecho
bebo soledad amarga.
Y mis versos son descarga
de todos estos pesares
con sus propios avatares
que viven acumulados
y en el tiempo recordados
con dolores sin cesares.
¿Y cómo puedo evitarlo
cuando el recuerdo me invade
provocando que me enfade
sin que pueda superarlo?
No me pesa confesarlo
porque alivia la conciencia
fortifico la paciencia
para seguir subsistiendo
para seguir aprendiendo
sin temer a la inclemencia.
Así transita la vida
con el alma apesarada;
unas veces, alegrada,
en bajada... y en subida.
Pero no hay nada que impida
levantarse del pantano
palmo a palmo, mano a mano
el espíritu se eleva
en busca de una luz nueva
de luna en pleno verano.