Ivanna

DeshojaciĆ³n

 

De mi imagen se desprenden hojas 

como escamas de la piel de un reptil, 

y se llevan entre ellas al suspiro más sutil, 

que brotó de mí aquella noche de marzo. 

La primavera que sacudió mi campo 

se ha quedado muda y sin fuerza,

y el otoño recién nacido impuso su inexorable belleza.

Busqué revivir el sentimiento con canciones,

con lugares y poemas que avivaron la llama.

Es inútil, hay desierto al otro lado de la cama

en el que descubrí que se ha perdido la batalla.

Hoy dejo a mis piernas que cesen de correr

antes de llegar a la utópica meta.

Tus ojos, esas ventanas hacia tu universo, 

me dejaron de invitar a dedicarles nuevos versos. 

No hubo un gran error o fallo de tu parte,

sólo un golpe de realidad: he dejado de idealizarte,

porque descubrí que me hicieron creer

en la necesidad amarte.