¡Nadie más llega -con hambre- a este mi rincón
de invierno!
¡Nadie más se levanta con su fuego
para quemarme en el agua de su alma!
¡Oh Ada Luz!
¡Nadie más me embriaga el corazón esta noche
de pena ciega!
Si acaso alguien más desatara mis palabras
como tus pies al polvo que nada en el silencio,
todo sería más fácil;
¡Oh Ada Luz! Despiértame,
engéndrame tu beso, árdeme en mi sangre,
estállame las manos
en tus manos;
Bésame, que yo besaré tus pies que han volado
como golondrinas,
y sobre ellas se ha hecho mariposa el barro
y negra uva la incolora hierba;
¡Vientre, mírame con tu ojo ciego….!
Ahora que cierro los ojos y te beso…!