Kinmaya

El Grito de la Bestia

Aquel grito agudo, profundo, súbito, alado y bestial recorrió toda mi espalda, me dejó sin aliento, ingreso por mi nuca y se clavó en mi mente, se crisparon todos y cada uno de mis músculos… el grito venia de aquella tumba.

La tierra respiraba con la fuerza de un tormento, infinidad de sombras aparecieron por doquier como ejércitos de fantasmas, de pronto, la bestia envolvió aquella tumba, lo levantó de su ataúd y con una lenta agonía de sus huesos, devoro su corazón, luego, sacudió el espacio en un veloz movimiento de sus garras, tomo lo que quedaba de su alma y también la devoró; la tierra dejo de respirar y la bestia se alejó de aquella tumba.

De pronto, la voz de un ángel me susurró al oído para calmar mi angustia: <<este fue el último acto salvaje sobre la tierra de un alma muy violenta. Su tremenda maldad terminó en la mayor de las oscuridades en su tumba siendo devorado por su propia bestia, este es el final de un alma muy violenta, por haber causado tanto daño y tanta tragedia sobre la tierra…antes de quemarse en el mismísimo infierno>>.