Padre nuestro, Jesús que fuiste niño,
Santificados sean tu nombre y tu memoria;
Riega sobre nosotros tu cariño
para sentir el comienzo de tu Gloria.
Venga a nosotros tu Reino Celestial
y haz más despiertas nuestras mentes infantiles;
y que los hombres no se hagan tanto mal,
y convierte en herramienta los fusiles.
Que se haga tu santa voluntad
que es, sin duda, la Paz en los hermanos
y enséñanos a ser, con dignidad
más tolerantes, más sabios, más humanos.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
pan aliñado con tus bendiciones
y que lo puedan comer con alegría
todos los niños de todas las naciones.
Perdona nuestras inquietas travesuras,
danos, con tu bondad el santo indulto
pero ante todo, Señor, con gran premura
perdona la necedad de los adultos.
Tú que nos quieres, Señor, y nos proteges,
acoge pues en tu seno esta oración:
apártanos del mal y nunca dejes
que caigamos en ninguna tentación.
Nuestra Patria, Señor, es muy bonita
y para que de la tierra sea el Edén
danos la paz que Colombia necesita
y líbranos de todo mal. Amén.