¡Llegué desde lejos a buscarte!
Me vestí con mis mejores galas.
Te buscaba, quería amarte
y desplegué hasta ti mis alas.
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No me viste, pasaste de largo.
Ni me miraste tan siquiera.
Sufrí de un raro letargo;
y lloré cómo nunca más quisiera.
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Pensaba en todo lo que harías.
Creía que con anhelo me buscarías.
No dudaba que tú no me querías
y siempre pensé que llegarías.
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¡Nada era como lo pensé,
y sin saberlo... te esperé!