Que no te amo como antes,
reclamas que guardo tus recuerdos
en una jaula rota
como pájaros que no cantan.
Reclamas y reclamas cuando escribo
de los dolores del alma,
de las roídas paredes de la casa,
del cielo azul, del mirlo, del amor
y hasta de los laberintos que dibuja la cigüeña
en el ocaso de la tarde.
El sillón, la madrugada, mi café y la pluma
no tienen conciencia de tus actos
pero tú, inédita
te montas en el corcel de la intolerancia
y arremetes contra todo,
contra la estufa sin pilotos,
contra el sillón desvencijado y las cortinas
creyendo que los duendes de tu insomnio
son culpables de tus miedos,
tan insidiosos como un resbaladizo tobogán
de un parque sin celo.
Hay ocasiones que quisiera no tenerte
pero tenerte así, tenerte asi es mejor
que abrazar el silencio.
Autor…reh