AJENA.
Cierto eras ajena.
Ajena sin propiedad
y ajena a mi amor.
Más eras esa flor,
en propiedad ajena,
que se le ofrenda amor,
pero no se enajena.
¿Quién no corta una rosa?
plantada en jardín impropio,
si por fragante o hermosa,
se codicia aun sea de otro.
Y te robé y me robaste.
Yo te robé alma y corazón.
Tú me robaste la calma
y también la razón.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Febrero 17 del 2020.