En la piel quedaron tatuados
Cada uno de sus besos.
En las sábanas humedas
Quedó inmaculada su
Figura.
la luna no te olvida;
Ni aquella estrella del horizonte
que acaricio por última vez
Aquél angelical cuerpo con su torso semidesnudo.
Cándida de pasión al fulgor de estos versos que desparrame por todo el cuerpo del párrafo.
Sortilegio del insomnio que me dejó su cuerpo al entrar en contacto con el contorno de los astros. Al acariciar su matiz pude sentir la suavidad de un tulipán floreciendo en el altar de la noche, en un colchón lleno de algodón.
Saciemos la hambruna con almidón, sólo dejamos de mirarnos, dejar que el corazón hable por nosotros.
Dejemos que la fantasía fluya que el corazón aún no olvida, el alma no deja de preguntar por ti...
Mi dama a la cual aclamo y amo entre las olas el terciopelo de tu cuello recorrer tu pecho hasta llegar al clímax.
Insomnio...