Llora de pena el laurel
y el mirlo calla su trino;
y a la vera del camino
fenece un bello clavel.
Al mirar mustio el vergel
sin su fulgor opalino;
llora de pena el laurel
y el mirlo calla su trino.
Al cerrarse su dintel
ha cambiado mi destino;
y viendo mi triste sino
de beber amarga hiel,
llora de pena el laurel.
Autor: Aníbal Rodríguez.