Quiebra la tarde perdida
inmoviliza la mente risueña
paraliza el pensamiento, tú voz, sueña
en el horizonte el éxtasis me olvida.
Perdido en el reencuentro
pongo mi entendimiento en peligro
por soñar casi despierto, yo migro,
incierto lo nuestro, me descentro.
Una maraña de recuerdos veo deslizar
no logra mi mente localizar,
pero, escojo uno al azar,
y se me escapa, al quererlo analizar.
Nuestros pensamientos se juntan
en un oasis de ámbar
restringidos para no retumbar
los prejuicios que las horas despuntan
No siento con fuerza al vagar
dentro de la ingravidez
de mi mundana avidez,
hasta llegar…, a algún lugar