La vida se detuvo,
no hay nada por hacer,
solo sobrevivencia
que espera sin querer
que el tiempo pase pronto
para poder volver
a las viejas rutinas
que creía tener.
La vida está aflijida,
ni viene ni se va,
se esconde de repente
para poder gozar
las pocas cosas lindas
que a veces conservás
cuando nada se mueve
si no es enfermedad.
La vida está furiosa,
quisiera caminar
pero la calma ajena
no deja de embromar
la cárcel donde estamos
dentro de algún lugar
que va cerrando sola
si ya no respirás.