Esas noches contemplando tus ojos,
viendo el sol aparecer en tu mirada,
como luz que llenaba mis ilusiones,
aquel camino mágico no sospechado.
Dos corazones buscando emociones,
sin memoria, sin importar más nada,
nuestro mundo oscuro sin cerrojos.
Algo debía estar escrito desde antes,
las coincidencias, aquellas sonrisas
lo increíble, lo único, lo prohibido.
Besar tus labios una vez y otra más,
tocar tus manos ignorando el olvido,
las palabras más bonitas y precisas,
unidos aun en los hechos distantes.
El sabor de tu piel dejándome vivir,
un amor dulce que reinicia cada día.
Saber que esperamos ese instante,
hallar el momento para decir te amo
y huir de la realidad desconcertante.
Encontrar tan solo minutos de alegría
y creer que ya nunca te veré partir.