Cierro los ojos,
cuento 1-2-3,
estoy quieta,
obedezco las órdenes
y tú rompes el trató
Causaste daño en mí
y yo quedé callada,
vergüenza tenía
de hablar en voz alta.
Años después,
me persigues en sueños
y sigues causando dolor
en mi cuerpo
Pureza robada,
pureza arrebatada,
lágrimas silenciadas,
me da ira mi pena.
Y dime tú malhechor,
como un vestido floreado,
talla infantil,
causo tu lujuria
y perversión.
Tengo miedo de hablar
y de enfrentar
el suceso,
de que sufrí un abuso
y yo era muy inocente para aquel juego.