Se desgarran las entrañas,
el dolor fluye en cada poro;
es la impotencia y la rabia
cuando la voz es solo eco
que se desdibuja en el vacío.
Ríos de amargura fluyen
imparables derriban todo
Signo de sosiego y paz,
desbordándose los temores
que despedazan la cordura.
Qué negra es la soledad
rodeada de seres frívolos;
Qué aberrante oír el clamor
de quien solo es capaz
de pedir auxilio altivamente
¿Acaso creen que de mi interior
brota la riqueza y que la fortuna
me sonríe todos los días sin parar?
Si así fuera no necesito que pidan
yo sola daría a todos a manos llenas.
Quién acaso ha pensado si necesito
ayuda, en esta noche tan oscura;
¿será que el orgullo me hace fuerte
me mantiene erguida sin ser incólume?
Pero solo Dios sabe a dónde voy a parar…