Se fueron las aves,
los pájaros sueltos
que llegan de lejos
buscando un descanso,
un bicho, una paja,
la hilacha de lino
que mueve la brisa
para hacerse el nido,
y un pez en el agua
que se comen vivo.
Se sientan de pronto
en un cable alto,
que solo se hamaca
al soplo del viento
y forman un coro
de cantos y píos
que llenan el alma
de amor y de alivio,
despertando al pueblo
con tanto sonido.