Guardián De Ángeles

CAMINOS CRUZADOS

Pasan tantos hechos que más saturan
a los anales desde el punto aquel
en el espacio y el tiempo inusuales
en los que emergieron nuestras promesas
eternales, porque ambos incumplimos
y nos consolamos: las cosas son
como deben de ser, ambos decimos,
nadie en todo este caso asumirá,
bien lo sé, las responsabilidades.
Tu álgida dermis contrasta la mía,
tus bellas carnosidades labiales
encienden mi exaltación, tan hermosa,
y en bastas retóricas, emociones,
con mi alma de niño sin dilaciones
te amaba, sin caretas... coincidimos,
¡ay!, bendito el día de nuestro encuentro,
en la fiel alborada -refulgente-,
en el templo de las almas, nos vimos,
tú expresaste lo que tu interior quiso,
y yo también en esa misma praxis
incurría, nuestros sentidos locos
se tuvieron frente a frente, qué suerte,
mi ser entero quedó en conmoción
inusitada y muy poco podían
retener nuestro férvido interés
las acciones de los que residían
en el recinto y quedamos unidos,
conectados al punto de otorgarnos
un tiempo-espacio sólo para dos,
has memoria, mujer, porque no debes
de olvidarlo, mas entre lo expresado
algo juramos juntos ante Dios:
unidad en la leal donosura,
unión en la bonanza compartida,
dejar de ser dos para poder ser
uno solo, sólo uno, y desafiar
con la unificación de nuestra suerte
para amarnos, bella mujer, por siempre,
amarnos aun más allá de la muerte;
juramentos incumplidos han sido,
a un doncel en tu vida has admitido
y yo en despecho acepté a otra mujer;
discontinuos somos en nuestros actos
tomamos caminos que son diversos
evadiendo promesas eternales,
incumplimos, y así nos consolamos:
las cosas son como deben de ser,
nos decimos, porque nadie en todo esto
asumirá responsabilidades.