Dejad que llore la luna
cuando griten las estrellas
y que se vista de negro
el rojo de mis poemas,
que respiren las auroras
y el desconsuelo se crezca,
que las noches sean grises
cuando trasnochen las hienas.
Dejad que llore la risa
y los besos en la tierra,
que la verdad lleve luto
de tristeza como lema,
y que no muera el poeta.
Lo mataron los infames
homofóbicos con odio,
le cercenaron la vida
una madrugada ajena,
pero verás que no muere
pues lo lloran sus poemas,
sus romances son los laudos
que rebeldes vociferan.
lo mataron por cobardes,
los imberbes que encarcelan,
porque los rufianes quieren
que su amor también se muera,
pero aquí llevo en mi alma
sus tristezas y sus penas,
como amante extravagante
que resguarda sus quimeras.
¡ Te llevo conmigo Lorca
porque no quiero que mueras!
María de los Angeles Espinosa
(derechos de autor)