Conoces mi mayor temor,
Escuchaste el clamor de la inclemencia de un guerrero caído en batalla.
Tu que conoces cada filamento de mi pensamiento.
En tu piel dibujé un corazón partido a la mitad, por aquel amor que ha partido y nunca a regresado.
Papel...
Tu que conoces mi desdén.
Escuchaste la voz de un pecador quebrandose en muchas partes.
Le brindaste un hogar a un crío que perdió su caminó entre tantos destinos yo fui el elegido en tu maestría.
Hasta hice de ti mi arte.
Mi religión en estandarte de cada renglón.
En tu templo conoci la paz,
En mi interior a pesar que el exterior este roto.
Papel...
En la cual quedó impreso
Las noches negras dónde destile
Lágrimas de ausencias,
en noches silenciosas,
Bajo la compañía solemne de la luna acunado en su vientre hecho con rosas.
Papel...
Dónde marque un antes y un después del amor.
Tu que me hiciste superar el temor.
Tuve el honor de conocerte.
Yo en ti recuerdo cada caricia de aquella dama dejó con sus huellas dactilares impregnadas en mi pecho.
Y fuiste testigo de aquella pasión escondida entre besos por madrugada,
Y el calor que desprendía su cuerpo
Al otro lado de la cama...
Papel...
Que conoces cada surco
En el que me embarque
En un frasco de fracasos.
Entre secretos te describi en aquél
Sueño un angel saliendo de una espesa oscuridad la cual me salvó de la soledad.
Desgarre de mi piel
Cada desventura, los enmarque
En el papel. Estás palabras
que nacen
de la lengua de un poeta,
Entre latidos van resonando.
En el resoplido de húmedas gotas
Que hacen traspirar las paredes de una perla y suspirar su corazón de mar.
Asolas te escribo.
Desgarrando de mi piel
Cada desventura.
Suelto cada atadura
En el papel, se que estás palabras
que nacen serán inmortales.
Mi mortal nombre quizá con el tiempo se olvidé del poeta siendo un autor más que prevalece en la monotona memoria de un ser antiguo.