Sufres en la vida
y el sufrimiento propio y ajeno
te mueve hacia la melancolía
de este entendimiento deshumanizado.
Sufres por las injusticias
tanto de la ley como,
del legislador, que no repara
con sus juicios y jurisprudencias.
Sufres por las decisiones,
políticas desacertadas, egoístas,
criminales, absurdas, desastrosas…
de mentes dementes.
Sufres por el reparto codicioso
de países todopoderosos
que se mantienen en silencio
y silencian las voces públicas
Sufres por tus males
producto de la insolidaridad
de la marginación de la obstinación,
la manipulación y la indefensión
Sufres por las guerras de:
la “inteligencia humana”
la “inteligencia artificial”
la “inteligencia ignorante”
Sufres, en definitiva
por la mala fe, de los
humanos hacia casi todo aquello
que no genera beneficios pingues.
Sufres, sufren y sufrirán…¡y sufrimos contigo!