Pasión de codornices
La pasión de las codornices
es demasiado sana
para formar parte del ciclo
en que los andares se entrecruzan
y las personas se entregan al amor.
Releo las páginas escritas
en el lenguaje de las codornices
y me siguen pareciendo ingenuas.
Me atasco dentro del charco
que dejan mis propias pasiones
y no entiendo qué tendría yo que ver
con las codornices
si mi camino no está en su vuelo.
Juzgar no es mi intención,
tampoco vivir,
ambos defectos me han sido entregados
desde el alumbramiento
del amasijo de piel y sustancia
que mi madre un día trajo a este mundo.
Desde entonces,
las codornices se inventaron un lenguaje
para que yo lograra descifrarlo
y ser feliz,
para que olvide cómo pasa el tiempo.
Puedo decir con certeza
que me he convertido
en la pasión de las codornices
y en el ciclo de sus andares.