Alberto Navarro.

Lánguido

1.-Después de todo, el desierto se encontraba en medio del carril,

y aparecía solo cuando el alma se moría de hambre.

Yo estaba enterado, solo que me era difícil digerir;

Como comer un plato de colillas y astillas con alambres.

 

2.-Cada segundo me laceraba el corazón

por el caos que emanaba de mi carácter.

Una constante , casi eterna contradicción

que dejaban en el centro de mi alma un cráter .

 

3.-Se expandía por el contorno de mi cuerpo,

Volviéndome uno con la brisa helada. 

Sentía lo mismo que siente un muerto,

al escuchar el eco de la carretera desolada.

 

4.-Contemplé como se secaban los árboles de la arboleda

y junto a ella las raíces de mis creencias.

De tanto de estar girando en esta rueda 

olvidé momentáneamente toda mi elocuencia...