Recuerdo cuando repetías mi nombre desesperado
y me decías mil veces al oído \"te amo\",
tus caderas chocando contra las mías
y cómo nuestros cuerpos hacían la casa más tibia
mientras se frotaban y se conocían,
mientras se chupaban o se mordían.
Aunque nuestra vida estaba dentro de unas cajas
y nos veíamos solo los fines de semana,
el amor que existió entre nosotros dos
me iluminó el lado oscuro del corazón,
porque a pesar de que no haya funcionado
y nuestros planes se hayan arruinado;
aún seguimos en nuestro departamento,
tú en la cocina y yo en la sala,
tú del lado izquierdo y yo del derecho de la cama,
enrroscados, enchinados y enamorados con las sábanas.
Aprendimos diferentes maneras de amar,
nuestros tonos a la hora de hablar
e incluso aprendimos la forma de caminar.
Éramos tan distintos empezando por la edad,
tú ya tenías una vida y la carrera,
yo no sabía ni por dónde empezar.
Crecimos en diferentes lugares del mundo,
pero todo parecía ir a nuestro favor
fueron los boleros y la poesía lo que nos unió.
¿Qué se siente que me gustes tanto?
porque por más que pasan los años,
mi amor por ti sigue intacto.
Y si tú me dices que tus sentimientos
siguen siendo los mismos que en marzo,
yo lo dejo todo y me voy contigo
sin importar las que hayan estado,
sin importar a quienes haya besado;
yo lo dejo todo y me regreso contigo
para vivir entre poesía y cajas
como antes, cuando me amabas.