Llueve orines en Vietnam
y los ojales de la muerte están descansando entre varias eternidades
se mantiene el flagelo de la palabra entusiasmada
que añora ser escarbada
como una montaña escarba un topo
o como un trabajo señala a un vago
o como billetes sueñan con follar entre paredes cálidas
llueve en Singapur y aun no me enamoré
aun no me enamoré ni tomé el bus de las seis.....
suelo masturbarme en los parques
a vista y paciencia de las autoridades,
porque ellos tranzan sin vergüenza alguna
delante de la ciudadanía
y cuando todos lo olvidan
empiezan a decir que están arrepentidos
y no lo volverán a hacer