El, joven, se acercó con su pequeño amanecer
suspendido en medio de la bruma rosa
aquella mañana de agosto.
Dijo que estaba inspirado
pero lo que sucedía en ese momento
justo antes de conocerla
era que ella casi como levitando
pesadamente sobre cada una de sus soledades
lo suspiraba
como suspira una mujer enamorada
del príncipe que nunca ha conocido.