Gira la daga trémula,
se hunde por alta mar,
gime con pena herida,
las parcas a naufragar.
Ángel furioso y blanco,
las alas sin empapar,
se elevan cruces y fuego,
un cielo por calcinar.
Navegan perlas sin brillo,
sangre que ha de exprimir,
los reyes en el olvido,
los dioses sin existir.
Grita el vicio enfermo,
las alas a sus pies,
el viento sopla fino,
las arpas al revés.
Néctar de labio rojo,
árbol sin cascabel,
ojo que mira loco,
cetro sin oropel.
Duro diente de perro,
cojo sin su laurel,
débil y lastimero,
tiembla con su vaivén.
Los hados con su veneno,
devoran sin balbucir,
sacuden la orgía loca,
el placer con su latir.
Pueblo que ya no canta,
pueblo sin su batir,
pueblo que enfermo llora,
pueblo que ha de gemir.