Entre ósculos y abrazos, agonizar de un domingo
Fuimos la noche desgajando y fue aquél
Un lunes con estrella en el calendario.
Era aquella noche… marco perfecto para dos enamorados;
Y en un remanso a la vez nos preguntamos:
¿Porqué tenías que marchar?
Si a tono estábamos, como leña y fuego
Encendidos con la chispa de nuestra necesidad.
Tu dulce voz, mi voz de trueno hicieron dueto perfecto,
Fue noche de homogeneidad de nuestras dermis,
Nos fundimos a la extremidad, tocamos la otra orilla
Y nos fuimos deslizando, deliciosamente, lento,
En el oleaje de nuestros cuerpos que al tocar nuestra playa
Fueron derramando espuma, adornando de blancos crespos
El puerto de los deseos.
(VOZ DE TRUENO)
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