Sinuosamente ocultas entre la seda del delirio,
Dulcemente las percibo en mi respiro,
Me invitan a su espacio,
Como el fino sincronismo de un suspiro...
En ese tránsito vislumbro lo profundo de mi impulso,
Que sólo quiere internarse en tu piel femenina,
Mis labios en rocio fantasean pulso a pulso,
Para rodearlos con suavidad y desde ahí empinarse en su colina...
Dame un segundo para escalarlos,
Cruzandome en el silenciado camino,
Subiré lento y cadencioso hacia ti,
Desde la sima de tu piel que es parte de mi destino...
Inquietan al argumento de mis emociones,
Como un volcán atrapado en cautiverio,
Verso a verso termina en canciones,
Así siento tus senos, como parte de un misterio...
Construidos en madera de materia fina,
Me reclaman, me alusinan, me revive,
Como frutas pero con partes de espina,
Reserva pura y solo para lo que en tu amor se define...
Son hermosos los senos del amor de la vida,
Verdades escritas en una oración al cielo más bello,
Es mi ansiada fruta que tiene mi alma encendida,
Finesa pura envuelta entre tu vientre y tu cuello...
Éxtasis creciente que confunde mi sueño,
En la adrenalina que fluye entre tus frutas prohibidas;
Me arrebatan el placer de ser tu dueño,
Colores que terminan desafiando al viento, pero te hace el amor de mi vida...