VESTIR VERSOS DESNUDOS
Yo quisiera vestir versos desnudos,
de palabras plenas de sentimiento,
que lleven, desde el alma, sus alientos,
con ese discurrir de un río mudo
que transmita el sentir de ese momento.
Tejeré, a su medida, un fino veste
con los hilos dorados por la vida
y lo haré con el alma distendida,
ignorando sus visos más agrestes,
con la luz como punto de partida.
Un traje que cautive de verdad
y que esplenda tan solo con mirarlo,
que invite al lector a desnudarlo
y tenga la atractiva propiedad
de iluminar su alma con probarlo.
Un traje como el del emperador,
invisible a los ojos de la gente,
que, aun luciendo tan elegantemente,
mantenga a la intemperie su interior,
de forma categórica y patente.
Con palabras sencillas, transparentes,
que ornen como, a la flor, lo hace el rocío,
como flota, en la mar, cualquier navío,
sin influir de forma trascendente
ni en el fondo, ni en su poderío.
Solo el verso vestido de este modo
discurrirá en la buena dirección;
llegar al interior del corazón
para encontrar allí buen acomodo,
de su existir, la única razón.
Jose Cruz Sainz Alvarez