Siempre está delante de nosotros riéndose
a nuestras espalda pegada y nos persigue,
la angustia misma,
nos escala y nos revierte.
La burla pegajosa e hiriente,
acuchilla corazones mientras rie,
se lamenta y llora
en la contradicción en la que vive.
Le duele la espalda y grita,
la angustia extasiada de sí,
se muere y se reinventa
cuando ha engañado con la hora de partir.