Amé a ese hombre...
Amé a ese hombre, con mi carne y con mis huesos,
y abracé su vida y la junté con la mía para tenernos.
Abracé su vida bajo mis sábanas rojas de fuego y pasión,
nos dimos la vida en cada respiración y orgasmos de besos.
Nos amamos desnudos bajo la piel de los deseos y nos sentimos
ardientes, y disfrutamos arder bajo la piel la pasión de los dos.
Pero un día decidí olvidarlo...
Y lo sepulté en mis brazos, y le recé un novenario.
Pero él seguía, palpitando en mi pecho,
y sus latidos se confundían, con los latidos de mi corazón...
él resucitó dentro de mí, y volvió amarme y yo a sentirme en sus brazos,
volví a amarlo con pasión y a sentirme presa en sus brazos,
...encendió el fuego de amor dentro de mí más que antes, y bajo la piel
había pasión, deseos de seguir amándonos, teniéndonos,
muchas noches muy intensas siguieron, y otra vez ardíamos, con más pasión
qué antes, y nos bebimos la vida en copas de amores, urgidos de amarnos.
..Había candela bajo las sábanas rojas, y juramos no separarnos jamás,
no queríamos llorar, otra vez un duelo, por el tiempo que no nos teníamos,
...Y Amé a ése hombre con más pasión y más Amor, lo sepulté en mis brazos,
de mujer enamorada, para no olvidarlo jamás, perdonando su pasado y olvidando
su presente, por haberse ido tras unos ojos descarados y de labios mentirosos.
Juré amarlo con devoción y pecado de idolatría por el resto de mi vida, vivo para
amarlo, con mi carne y con mis huesos, alma y espíritu y ahora vivo en condenación,
como castigo y sin absolución por amar a ese hombre que no se mereció mi amor.
Amé a ese hombre sin importar el precio qué pagaría, lo metí en mi cama y lo amé,
sin cobardía, sabiendo qué un día se iría de mi vida, y me olvidaría.
Ojos míos, que nunca volveré a ver... Siempre tuya, siempre mío.
Eres Fácil De Amar Y Difícil De Olvidar. Te Amo!! Y Siempre Te Voy Amar!!
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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