Arrogante y prepotente
Hay de aquellos seres arrogantes, que se creen de estirpe y superiores
Carecen de humildad y se creen todos unos infalibles doctores
Creen que les deben hacer la venia y rendirle honores
Seres altaneros, engreídos, llenos de podredumbre y errores
Se creen expertos en todos los temas y los demás son inferiores
Pobres criaturas engreídas, faltas de cariño y amores
Desprecian a los demás y se burlan de sus lágrimas y dolores
Pisotean su esencia, con la inseguridad de sus temores
Arrogantes, llenos de soberbias con la ira de sus temblores
No conocen la felicidad, ni el sueño tranquilo de los soñadores
La arrogancia los lleva a creerse, que siempre son los vencedores
Hay de aquel espécimen, prepotente y presumido, ávido de sensaciones
Presume de su poder agresivo, ocultando sus miedos y sus preocupaciones
Carentes de gallardía y nobleza, sin humildad, ni consideraciones
Petulantes, que detestan que le señalen sus defectos y traiciones
Vanidoso y arrogante, que no reconoce errores, ni súplicas, ni confesiones
Persona tóxica, carente de empatía, no acepta reglas ni condiciones
Le importa un carajo lo que piensen los demás, ni sus opiniones
Prepotentes, seres llenos de ira y debilidades, hasta que se le escurren los pantalones
Se creen imprescindibles y que les rindan aplausos, en las mansiones de sus balcones
Pobre materia gris la de estos seres, la naturaleza sin explicaciones
Arrogantes y prepotentes, infalibles, dominantes, hirientes y agresivas
Cuerpos llenos de hediondez, el estiércol apestoso de sus horribles figuras
Seres con poca autoestima, llenos de egoísmos y voracidades explosivas
Arrogantes y opresores, déspotas, el engendro macabro de sus armaduras
Pobres criaturas insolentes, hasta la muerte con sus creencias y horrendas posturas
Tiranos y pretenciosos, pero en su interior llenos de sufrimientos y amarguras
Arrogantes y prepotentes, esencia de lucifer y del mal, el candado de sus cerraduras
Sus orgullos y vanidades los premiarán, con los egos de adefesios de sus vestiduras
El transcurrir de la vida los castigará, con el olvido en sus sepulturas
Se podrirán los cuerpos de los arrogantes y se acabará la insolencia de los horrores de sus travesuras
Arderán sin pena, ni gloria, arrogantes sin riquezas, sin poderes, la prepotencia el pavor de sus horrendas criaturas
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga febrero17-2021