\"Cogedme de los pies,
Agarradme por el cuerpo\"
Se escuchó antes del silbido del tren,
De aquél soldado de ayer,
Que hoy es algo más que recuerdo.
Se despidió de su amada,
Gracias a sus camaradas,
A sabiendas que, quizás;
Era su último beso.
Volvió a mirar sus ojos,
En aquél andén casi preso,
Que roía y calaba hasta los hueso,
A combatir una guerra,
De la que nadie salía ileso.
Se despidió de ella,
Como en las películas de amor:
Se despidió de ella... con un beso,
Y en el corazón una flor,
Que atesoró en el Alma.
Cuando los cañonazos, el fuego y la metralla,
Se alzaban por encima de su cabeza,
Y la guerra; estallaba.
Sólo su beso le abrigaba y le arropaba.
\"¿Qué hago yo aquí, Dios mío?
¿Esto cómo se para?
¿Puedes llevarme con ella?
Quiero irme con mi amada…
¿Cómo se enfrenta una guerra,
Con 20 primaveras,
Y con la que nadie gana?\"
Esa guerra que nadie quería,
Que enfrentó a amigos y familia.
Y él, él descubrió en medio de ese horror,
Que no es cierto,
Que no cualquier hueco es trinchera,
En medio de una guerra,
en la que morimos los dos.
Dios le hizo caso,
Le dejó por fin,
Cerrar sus ojos al ocaso,
y allí la vio,
Había ido a buscarlo.
Se tiró a sus brazos,
le dio un beso como en la estación.
\"¿Qué haces aquí, mi niña?
Sólo he muerto yo.\"
- No, vida mía.
A casa llegaron,
y la guerra también nos aprisionó.
Y una sola cosa, yo le pedí a Dios:
Que me trajese a tu lado,
Que acabara con mi pavor.
Lydia Gil ☽✩