Los suecos de Suecia
llegaron contentos
hace una semana
con atrevimiento,
leyeron poemas
por cientos y cientos,
casi fue increíble
más de cuatro cientos,
más que en Canadá
en un mes entero,
la felicidad
si nunca me acuerdo.
Pero se volvieron
a sus casas llenas
de vida y de amor
que nunca transciende
desde sus paredes,
sus fiordos, su gente,
de voz modulada
y un vivir decente.
¡Gracias a los suecos,
que vuelvan de nuevo!