Elizabeth Maldonado Manzanero

Desvanece

Yo guardada por los siglos y siglos

y tu bien protegido en mi 

mi ombligo se ahueca de furia 

las erupciones hasta los sinfines no mudan

principian…

Sembré dolor en mis costillas, no entiendo

el inhóspito corazón que me habita.

La soledad incuba el horror de no verte

vacié el amor que llenaba las horas del día,

vi pasar la estéril repetición de las horas,

quise dormir y el tiempo envenenó

el pensamiento que  te guarecía.

Mi soledad sobre el espectro del amor

confundió tus gestos,

demasiado dolor en que te pierdo

demasiada intemperie

te congeló hasta morir

en el horror de mi propio mundo que se acaba

no me importa más vivir.