La piel mojada
de agua salada,
mis pies descalzos
y sus huellas cansadas;
la arena permite
mis nuevas pisadas:
¡Ya de tanto dolor
... no le duele nada!
Le dolió saberse
un día conquistada,
le dolió sentirse
por miles violada;
la arena que estaba
tranquila en su playa
fue de pronto testigo
de tantas batallas.
Le dolió el día
que esos hombres llegaron,
y creyéndose dioses
... le han esclavizado;
le pusieron banderas,
le inventaron murallas;
y la sangre del nativo
... sepultó su esperanza.
¡Oh! Arena virgen
... ¡mil piratas te ultrajan!
¡Oh! Arena virgen
... y mis antepasados
dejaron dolor y sangre
en tí sepultados.
Sin embargo, hoy permites
mis nuevas pisadas:
¡Ya de tanto dolor
... no te duele nada!
xE.C.