Un rio de luna, vidriado en la noche de los auspicios
Seduce los sentidos de estrellas y profecías
De aguas mansas, danzantes entre las piedras dormidas
Que la encorvan y golpean, que las agreden sin vencerlas
Aguas sin memorias, de ingenuos parpadeos
Emancipadas, libres, desnudas de invierno y primavera
Indagan el futuro entre su cauce sin espantos
Que han parido en esperanza, caudales y riberas
Como filtran sus cristales, luces tenues de añoranza
De niños en sus aguas , jugueteando sin ocaso
De la Ninfa desnuda, cantando sus romanzas
Sobre piedras humedecidas, con las alas confiadas al cielo
Un rio de luna, vidriado, entre la montaña y la espuma
Canta redimido en su cursar sin premura
Inundando de promesas tanto el verde como el hastió
Dando vida a la espesura, igual que la greda seca
Savia vital, alumbramiento, del bosque virginal y de la nube
Donde anidan las aves entregando su canto al viento
Nada calla tu dulzura,
Nada impide tu ternura
Nada ultraja tu castidad desnuda
Rio de aroma a pérsico, con piel de flor y nácar
Suenas inocente en los oídos, libre de miserias y desdicha
Reposarás de tu camino, entregando tu vida ingenua
Desvaneciendo tu transparencia abrazado por la espuma
Del mar que, en su vientre déspota, aceptará tu virilidad
De sueño y agua