I
El viento mueve la palma
sacudiéndola a su antojo
como no tiene un cerrojo
manipulando va su alma.
Así, la palabra empalma
como termes o gorgojo
como liendre, como piojo
y hasta el alma la desalma.
No te apures, si te ofendo
con un simple sonetillo
pero lo que vas diciendo.
Son mentiras de un caudillo
las que a muchos van durmiendo
al volverse un estribillo.
II
¡Despierta, despierta!, dijo:
la conciencia paladina,
la verdad es medicina
contra todo aquel prolijo.
Y a la audiencia me dirijo
antes que llegue la ruina
de sus ojos la cortina
quiten pronto, lo predijo.
Quien camina tropezando
por el trillado camino
con dolor que va penando.
Cual si fuera su destino
y al destino va llorando
con lamento y desatino.